Movimiento de Jóvenes Lasalianos

Para las y los antiguos estudiantes del Colegio De La Salle Huehuetenango, desde inicios del año 2017, se conformó el grupo pastoral Jóvenes Lasalianos, concebido como: Un grupo para desarrollar en las personas sus procesos de crecimiento humano y cristiano con un enfoque directo en descubrir su vocación concreta en la Iglesia, en el mundo y dentro de la espiritualidad lasallista. Algunos jóvenes que iniciaron su experiencia de proyección y acompañamiento fuera del marco de la educación escolar de secundaria fueron: Oscar Miranda, Magda Marroquín, María Andrea Velásquez, Carlos Gutiérrez, Gabriela Ochoa, Carlos Herrera (Q.E.P.D.), Geovanny Castillo, por mencionar algunos. Se sintió la experiencia de ser el primer grupo organizado en clave lasaliana con carácter pastoral en el país de Guatemala. Desde sus orígenes el grupo experimentó la libertad de organizarse y plantearse la razón de ser como un grupo que fomentaba la participación horizontal en comisiones de logística, proyección social, espiritualidad, redes sociales, tesorería. Pero se dio más importancia a la proyección social. Se nombró coordinadora a Magda Marroquín, quien más adelante se unió a la experiencia de Voluntariado realizando un año de servicio en la obra lasallista inserta en la comunidad indígena de San Juan La Laguna Sololá. En mayo de 2018, se enlaza al proyecto distrital, iniciando la comunicación con otros jóvenes lasalianos de obras lasallistas en el país, aunque ya muchos de sus miembros se habían conocido en las Misiones Nacionales de años anteriores como estudiantes. En la catástrofe de la erupción del Volcán de Fuego hubo una coyuntura de solidaridad intensa y se dio la primera proyección más sistematizada del grupo. Hubo recolección de ayuda en casas, organización de la donación en el Colegio y la entrega en el lugar propiamente de la tragedia. En julio 2018, se vivió una integración importante y se pudo enlazar a otros jóvenes lasallistas, fortaleciendo la misión del grupo y avanzando en una experiencia de compartir la vida de fe, fraternidad y servicio. Es destacable el corazón noble y dispuesto a servir de Carlos Herrera, quien falleció víctima de la Pandemia Covid-19 en 2021, ya que era un pilar de amistad y perseverancia en los valores que proyectó en el grupo, en su familia y en los ámbitos universitarios donde se desarrolló. Ya como estudiante manifestó su sensibilidad para la misión y el gran espíritu comunitario que La Salle había dejado en su vida. De compromiso en compromiso Fruto del trabajo dentro y fuera del grupo, Magda Pérez Marroquín, manifestó siempre la disposición de que Dios le llamaba a una donación más radical. Por esa razón realizó el acompañamiento local y distrital, en clave humana, espiritual, psicológica, para proyectar un compromiso más largo y con una intencionalidad más clara. Su voluntariado lo realizó en la comunidad Lasallista en Santa Clara la Laguna, su servicio se destacó por el humanismo y gran disposición en espíritu Fraterno. Actualmente el grupo manifiesta grandes expectativas para nuevos compromisos que provoca el contexto de la pandemia, sus reuniones virtuales para orar y formarse les llevarán a nuevos derroteros de solidaridad lasallista.
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